Exposición de pintura y joyería
de Gerard Valls en Galería Paspartú de Barcelona
Geometría, sexo, energía y
laberinto en "SenXualitat"
La Galería Paspartú de Barcelona
acoge del 12 al 29 de marzo de 2008, inauguración día 14 de marzo, la
exposición
titulada ‘SenXualitat’, de Gerard Valls, formada por obra pictórica, realizada
en técnica mixta, donde combina geometría con esencia dinámica de la energía,
figuración, iconismos y entramado cromático.
Elucubra sobre el sexo, dando importancia a la sensualidad y al acto energético
en sí mismo, a nivel de concepto, pero, también, dentro de un planteamiento en
el que lo plástico está mediatizado por la idea.
El sexo ha sido algo natural, consustancial con el ser humano, pero, luego, fue
considerado tabú. Ya el castigo en tiempos de Roma por adulterio era la
amputación de la nariz. Mientras que, en la antigua Babilonia, se permitía a los
hombres ofrendar a sus mujeres como pago colateral por un préstamo.
En la civilizada Inglaterra, hasta el año 1884, una mujer podía llegar a ser
encarcelada por negarle el sexo a su esposo. Mientras que, en la época medieval,
la doctrina de la fe cristiana ordenaba que el coito debía ser evitado a toda
costa y que no se debía tener placer durante el acto sexual.
Está claro que el sexo, por lo que tiene de liberación, aspecto que pone de
manifiesto, en determinadas obras, el creador plástico catalán Gerard Valls,
considerándolo acto espiritual en el momento del éxtasis, es complejo y está
regulado de forma diferente en distintos países.
Recordemos que, en la actualidad, en Estados Unidos, en los estados de Arizona,
Florida, Minesota, Lousiana, Carolina del Norte y del Sur, UTA y Virginia el
sexo oral es ilegal. En el mismo Estados Unidos la homosexualidad hasta 1972 se
consideraba una enfermedad mental. Por otra parte hasta el siglo XVII, en la
teóricamente liberal ciudad de París, a las prostitutas se les podía castigar
con latigazos, rapándoles la cabeza y eran expulsadas de la ciudad.
El machismo en el sexo no es de ahora, ya en la antigua Babilonia, el código de
Hamurabi castigaba a la mujer que era objeto de violencia sexual o que era
claramente violada. Es más, si por desgracia, una mujer casada era violada, se
consideraba este hecho como adulterio y ella y su violador eran condenados a
morir irremediablemente ahogados.
La apuesta de Gerard Valls es transformar el sexo en liberación. Pero no solo en
liberación, sino también en actividad plástica artística. Es decir que el
resultado del sexo lo convierte en formas, figuras y composiciones, en las que
la materia y el color determinan estadios diferentes e innovadores.
El sexo es liberación de energía o contención energética, produciendo placer,
sensibilidad, sutilidad, apertura de mente, fortaleza y determinación,
espiritualidad y, finalmente, el nirvana.
El sexo constituye la base fundamental del ser humano, que no tiene porque ser
ninguneado pero tampoco reprimido. De ahí que los personajes de la obra
pictórica del pintor y joyero catalán indaguen en su propio destino a partir de
fusionarse en el momento del éxtasis.
Buscamos la unión siendo uno pero distintos. Nos liberamos de todo aquello que
nos separa, para integrarnos, poco a poco.
En épocas primitivas la animalidad de muchos no permitían la unión que hoy se
puede dar cuando dos espíritus van más allá de sus intricados laberintos y
olvidan su egoísmo y vileza. La superación del ego conduce al fortalecimiento el
yo cósmico, del yo superior, de la propia iluminación que es la esencia que nos
define.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte